jueves, 17 de enero de 2013

Reencarnación

        La reencarnación ayuda a explicar ciertos hechos incomprensibles, como por ejemplo que algunas personas sean más inteligentes que otras, que el dolor esté tan desigualmente repartido entre los hombres, las simpatías o antipatías entre las personas, que algunos matrimonios sean desdichados, o la muerte precoz de los niños. Todo esto se entiende mejor si  se visualiza  que ellos están pagando deudas o cosechando méritos de vidas anteriores. Todas las cosas en la naturaleza, luego de cumplir su ciclo retornan. El sol sale par la mañana, se pone en la tarde, y luego vuelve a salir. La luna llena decrece, pero regresa siempre a su plena redondez. Las estrellas repiten las mismas fases y etapas cada año. Las estaciones del verano y el invierno se van y vuelven puntualmente. Los campos, las flores, las inundaciones, todo tiene un movimiento circular de eterno retorno. La vida entera esta hecha de ciclos que se repiten eternamente.

         Esta ley ciega que obliga a reencarnarse en un destino inevitable, es llamada la ley del “karma”.  El cuerpo no sería más que una túnica  que el alma inmortal teje por necesidad, y que una vez gastada deja de lado para tejer otra. Una forma aún más escalofriante de reencarnacionismo es llamada “metempsicosis”, la cual si uno ha sido muy mala persona su alma puede llegar a reencarnarse en un animal y hasta en una planta. Un buen amigo mío me comento hacen varios días,  que mientras conducía por la carretera, comenzó a pensar sobre la reencarnación y mirando el pavimento, analizó lo trágico que seria, reencarnar en una piedra y pasar hay miles de años. En una nueva existencia se debe pagar los pecados cometidos en la presente vida o recoger el premio de haber tenido una conducta honesta. El alma está en continua evolución. Y las sucesivas reencarnaciones nos permite progresar hasta alcanzar la perfección. Entonces nos convertimos en un espíritu puro, ya no necesitamos más reencarnaciones y nos sumergimos  para siempre en la Luz Infinita. El Gran Arquitecto del Universo.

       El psiquiatra Ian Stevenson  ha investigado numerosos informes de niños que afirmaban recordar una vida pasada. Llevó a cabo más de 2,500 estudios de casos en un período de 40 años y publicó doce libros. Stevenson documenta las declaraciones de cada niño y posteriormente encontraba la identidad de la persona fallecida con la que el niño se había identificado y verificaba los hechos de la vida de la persona fallecida que coincidían con los recuerdos del niño. También encontró coincidencias de marcas y defectos de nacimiento con las heridas y cicatrices del fallecido certificadas por historias clínicas así como por fotografías de autopsias. Todo esto alude a la existencia de un alma o espíritu que viaja o aparece en distintos cuerpos, generalmente a fin de aprender en diversas vidas las lecciones que proporciona la tierra hasta alcanzar una forma de liberación o de unión con un estado de conciencia más alto.

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